Skip to main content
Pop digests
Pop Digest

¿Más para las mujeres en su jubilación?

Una revisión de las diferencias de género actuales y esperadas en la jubilación y los niveles de vida

Las pensiones de supervivencia (pensiones derivadas de los derechos adquiridos por el cónyuge) eran una solución viable al problema de la desigualdad de género en la jubilación y los niveles de vida en el pasado reciente.
Image
More For Women In Retirement?
Copyright: Wissmann Design 

Las pensiones de supervivencia (pensiones derivadas de los derechos adquiridos por el cónyuge) eran una solución viable al problema de la desigualdad de género en la jubilación y los niveles de vida en el pasado reciente. Sin embargo, según Carole Bonnet y Jean-Michael Hourriez, del Institut National d’Études Démographiques (INED), debido al actual incremento en las tasas de divorcio, además del descenso de las tasas de matrimonio y el crecimiento de la participación de las mujeres en la población activa que cuestiona el tradicional modelo del “hombre proveedor”, resulta necesario un cambio en las formas de redistribución.

 

Las pensiones de supervivencia, una solución insuficiente

Hace aproximadamente 15 años, el debate sobre las desigualdades de género en las pensiones fue descuidado en gran medida. Esto se debía, presumiblemente, a que las desigualdades de género en las pensiones no necesariamente se reflejaban en desigualdades del nivel de vida durante la jubilación, al menos no en las uniones estables. Las pensiones individuales más bajas de las mujeres se volvían problemáticas durante  la viudedad, ya que previamente los cónyuges habían compartido recursos. Sin embargo, en muchos países europeos (incluidos Alemania, Italia, Francia, Escandinavia y los países de habla inglesa) existía una solución a las pensiones más bajas de las viudas: las pensiones de supervivencia. Éstas tienen el objetivo de compensar la pérdida de recursos tras la muerte del cónyuge (la mayoría de las veces la muerte del marido, dada la menor esperanza de vida de los hombres) y, si son suficientemente generosas, permitirían a las viudas mantener su nivel de vida.  

Sin embargo, la llegada de un nuevo contexto familiar en el que un número menor de personas se casan y un mayor número se divorcian, planteó la cuestión de si en el futuro las pensiones de supervivencia proveerán medios suficientes para amortiguar las desigualdades de género en la jubilación. De acuerdo con Bonnet y Hourriez, los sistemas de pensión de supervivencia, sea cual sea su nivel de generosidad, ya no podrán asegurar unos niveles de vida similares entre hombres y mujeres en la jubilación, debido a que el grupo de mujeres solas será más grande y diverso, estando compuesto por viudas, divorciadas y mujeres que nunca se han casado. Las divorciadas -o aquéllas que nunca se han casado- tan sólo recibirán una pequeña pensión de supervivencia o, incluso, ninguna. Su nivel de vida podría entonces ser más bajo que el de las parejas retiradas, salvo que se modifique la actual legislación.

 

Una necesidad inminente: los derechos de pensiones personales

En este contexto, las mujeres deberán adquirir sus propios derechos de pensión más que depender de los de sus maridos. El “modelo de carrera profesional dual” se estableció para sustituir el “modelo del hombre como único proveedor” y, por lo tanto, permite a las mujeres incrementar sus derechos en cuanto a las pensiones. Sin embargo, el nuevo modelo no ha conseguido hasta ahora su principal objetivo dado que la diferencia entre géneros persiste. Bonnet y Hourriez argumentan que las reformas de las pensiones realizadas en la mayoría de los países refuerzan el vínculo entre las pensiones y las trayectorias de carrera profesional, lo que podría perjudicar a las mujeres.

 

La posición de las mujeres en el mercado laboral

La diferencia entre géneros es actualmente el resultado acumulado a lo largo del tiempo de la menor participación femenina en el mercado laboral, la mayor frecuencia de empleos a tiempo parcial y salarios más bajos en comparación con los hombres. Actualmente, los ingresos mensuales de las mujeres son un 25% más bajos que los de los hombres en Francia y esta diferencia se observa incluso en países “más avanzados”, como Suecia y Dinamarca. Según Bonnet y Hourriez, ha habido tan sólo una lenta disminución de las diferencias en las últimas dos décadas y, por lo tanto, esperan que las disparidades entre géneros persistan en el futuro. Las mujeres pasan un 33% menos de tiempo en trabajos remunerados que los hombres debido a su mayor participación en el trabajo doméstico. Esto significa que incluso si los salarios por hora fueran idénticos, las prestaciones de las pensiones de las mujeres serían, en un sistema contributivo puro, aproximadamente el 67% de las de los hombres.

 

Otras formas de redistribución de hombres a mujeres

Existen múltiples formas de redistribución, como las reglas de cálculo de las pensiones, los créditos de cotización, las pensiones mínimas y los derechos familiares. En este sentido, Bonnet y Hourriez argumentan que en el sistema francés las reglas de cálculo de las pensiones son generalmente desfavorables para las personas con bajos salarios y/o cortas carreras profesionales, y por lo tanto, para las mujeres. Los créditos de cotización (para períodos de desempleo, enfermedad, discapacidad) tampoco benefician directamente a las mujeres, excepto en el caso del permiso de maternidad. Las últimas dos formas de redistribución son más favorables a la población femenina ya que garantizan una pensión mínima, como también varios derechos familiares: créditos de cotización para las madres, seguro de vejez para los padres que no trabajan (lo que compensa la interrupción de la carrera profesional como consecuencia de la maternidad), y primas de pensiones para los padres de tres o más hijos. Bonnet y Hourriez afirman que en el caso francés:

Un mecanismo alternativo a las pensiones de supervivencia sería, por ejemplo, la cobertura de seguro opcional u obligatoria del riesgo de viudedad. Con un seguro opcional las parejas podrían utilizar sus ahorros y el seguro de vida para cubrir la disminución de ingresos en caso de muerte del cónyuge. En la última opción, la pareja o bien pagaría contribuciones más altas o recibiría unos pagos de pensiones más bajos a cambio de la pensión de supervivencia. Esta última opción se encuentra disponible en el plan público de pensiones de capitalización de Suecia. 

Bonnet y Hourriez también debaten sobre una opción de redistribución para cubrir el riesgo de divorcio que ya existe en algunos países. Dado que las mujeres contribuyen a la adquisición de los derechos de pensión de sus maridos antes de divorciarse, pero no pueden beneficiarse de ellos después de la separación, una solución podría ser “dividir los derechos de pensión, agrupando los derechos de pensión adquiridos por ambos miembros de la pareja durante el matrimonio y dividirlos de forma equilibrada entre ambos”. Sin embargo, este mecanismo de derechos maritales también tiene desventajas. Por ejemplo, se aplica exclusivamente a las uniones formales, cubriendo únicamente el período del matrimonio y no es siempre favorable a las personas si reemplaza la pensión de supervivencia.

 

 

Please note that only the English version is citable as this is the version that has been approved by the author(s). Please cite the PopDigest as: Conkova, Nina (2013): More For Women In Retirement? A review of current and expected gender gaps in retirement and living standards. PopDigest 39. Berlin: Population Europe. Available at: http://population-europe.eu/pop-digest/more-women-retirement. (Date of Access)

This Population Digest has been published with financial support from the Progress Programme of the European Union in the framework of the project “Supporting a Partnership for Enhancing Europe’s Capacity to Tackle Demographic and Societal Change”.