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Ralentización del momento álgido de la vida

Repercusiones sociales y económicas de una vida más larga

El aumento drástico de la duración de la vida humana ha dado paso a un replanteamiento radical de cómo y cuándo trabajamos, aprendemos y criamos a los hijos. A pesar de que en los países con la mayor esperanza de vida casi la mitad de los niños nacidos a partir del año 2000 tiene buenas posibilidades de alcanzar los 100 años, nuestras expectativas de vida y de trabajo aún no han cambiado.
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Rush our of Life
 Copyright: IckeT- fotolia.com

El aumento drástico de la duración de la vida humana ha dado paso a un replanteamiento radical de cómo y cuándo trabajamos, aprendemos y criamos a los hijos. A pesar de que en los países con la mayor esperanza de vida casi la mitad de los niños nacidos a partir del año 2000 tiene buenas posibilidades de alcanzar los 100 años, nuestras expectativas de vida y de trabajo aún no han cambiado. La investigación realizada por James Vaupel sugiere la necesidad de una mayor flexibilidad de la vida laboral. Unos de los cambios demográficos más importantes ha sido el aumento de la esperanza de vida y, gracias a ello, las personas cada vez viven por más tiempo. Se estima que la esperanza de vida haya aumentado 2,5 años cada década.


Los cambios de la población de Suecia ilustran bien esta tendencia. Suecia sigue la composición de su población desde hace ya tiempo y el análisis de estos registros muestra que, a principios del 1860, tres suecas celebraban su centenario cada año, mientras que en el 2007 lo hicieron más de 750 personas. También en Japón el número de mujeres de 105 y más años ha crecido exponencialmente (ver Figura 1).  



Figura 1: La figura muestra el número de mujeres con 100 años o más en Suecia entre 1861 y 2008, y el número de mujeres con 105 años o más  en Japón entre 1947 y 2007.


 


Replanteando las formas de vida


Vaupel señala que si los jóvenes supieran que probablemente vivirán más de 100 años y que disfrutarán de una buena salud mental y física durante 90-95 de esos años, probablemente organizarían sus vidas de forma diferente con respecto a las generaciones anteriores, quienes han tenido vidas considerablemente más cortas. Sin embargo, a pesar del rápido aumento de la esperanza de vida, aún no ha habido un profundo replanteamiento acerca de cómo vivimos y trabajamos. En muchos países, especialmente en aquéllos donde las personas viven más, los individuos dedican la mayor parte de su tiempo al trabajo remunerado a una edad en la que podrían tener y criar hijos. Después, se jubilan a una edad a la que sus hijos ya no los necesitan. Las actuales pautas de dedicar dos o más décadas a la educación, las siguientes tres o cuatro décadas a intentar combinar trabajo y familia, y después a centrarse en el ocio durante, posiblemente, dos o más décadas, puede parecer menos deseable que mezclar la educación, el trabajo, la crianza de los hijos y el ocio durante las diferentes fases de la vida.


 


Manteniendo la fuerza de trabajo


Debido a los cambios demográficos ocurridos en muchos países prósperos, también resulta aconsejable el replanteamiento de las prácticas laborales. En Alemania, por ejemplo, la disminución y el envejecimiento de la población se reflejarán en la reducción de la población en edad de trabajar. Como consecuencia, deberán incluirse horas de trabajo adicionales para mantener la producción de la economía alemana. Las políticas actuales intentan cubrir este déficit aumentando el empleo entre las personas de 55-65 años o atrasando la edad de jubilación. Estas medidas, sin embargo, han encendido un gran debate y generalmente resultan impopulares.


Vaupel sugiere una alternativa razonable para el futuro: las personas más jóvenes deberían ser compensadas “por trabajar cuando sean mayores permitiéndoles trabajar menos horas semanales a lo largo de sus vidas. La producción total de la economía alemana podría mantenerse si los ciudadanos trabajaran más años pero menos horas a la semana”.


 


El potencial político de la biodemografía


Si el Siglo XX se caracterizó por la redistribución de la riqueza, el Siglo XXI será probablemente el siglo de la redistribución del trabajo. A pesar de que muchos responsables políticos son conscientes del envejecimiento de la población mundial, el ritmo de este cambio y sus consecuencias sociales, económicas, sanitarias y asistenciales aún no han sido reconocidas adecuadamente.


 


Please note that only the English version is citable as this is the version that has been approved by the author(s). Please cite the PopDigest as: Gore, Sylee (2011): Slowing Down the Rush Hour of Life: The social and economic repercussions of a longer lifespan. PopDigest 12. Berlin: Population Europe. Available at: http://population-europe.eu/pop-digest/slowing-down-rush-hour-life. (Date of Access)


This Population Digest has been published with financial support from the Progress Programme of the European Union in the framework of the project “Supporting a Partnership for Enhancing Europe’s Capacity to Tackle Demographic and Societal Change”.